Por: Sonia R. Baldárrago
"Este audio es parte de una
serie radiofónica producida dentro del marco del Año Internacional de los
suelos. Su producción ha sido posible gracias a la
Asociación Mundial de Radios Comunitarias en cooperación con la
Organización de las NacionesUnidas para la Alimentación y la Agricultura, que
celebra su 70 aniversario en 2015".
Reportaje difundido por radio
Yaraví de Arequipa.
El agua para el riego y para el
consumo, se capta desde el sector de Pasto Grande sobre los 4 mil 340 m.s.n.m,
y de la vertiente de Samanillas, ambos ubicados en el distrito de San Juan de
Tarucani. “Tenemos un área bruta con aptitud agrícola de alrededor de 872.85
hectáreas, de las cuales 864.40 están bajo riego de cultivos permanentes como
la alfalfa en un 73% y con cultivos transitorios en un área menor. El 27% de
hectáreas aproximadamente están dedicadas al cultivo de papa y de maíz”,
explica el Ing. Leonel Callinapa Aragón, sub gerente de desarrollo urbano y
rural del municipio.
Antes el agua provenía del río
Huasamayo. Lo que no ha cambiado es el beneficio de los feudales.
Todos no tienen agua por igual.
Hay quienes tienen agua en exceso y pueden hacerse préstamos o cambios. Las
personas más humildes, carecen del recurso hídrico. A las justas cultivan su
alfalfa o el maíz que resiste más la humedad.
Luego de la lluvia, toca la mita
cada 26 días, que consiste en regar de abajo para arriba. Los que tienen
terrenos grandes reciben agua por algunos días y los que son minifundios o
pequeños terrenos, su turno es por horas.
“Sería ideal regar de 5 de la mañana a 5 de la
tarde, no se desperdicia mucho el agua, pero realmente nos hace falta algunos
vasos reguladores, estanques”, dice Richard Benavente. Cada año la cantidad de
agua no es la misma y en la noche se desperdicia. “En algunos sectores de la
parte alta hay estanques, pero no son muy grandes, captan 8 horas hasta10 horas
de agua. Un promedio de 40 hasta 50 litros por segundo”, agrega Richard
Benavente, quien se limpia el sudor de la frente, mientras está por culminar la
limpieza de su tierra.
Esta preocupación se debe a que
muchas vertientes se han secado a través de los años, como la de Mosopuquio,
perteneciente al distrito de Characato, una ruta que también compromete a
Chiguata. “Otro caso es la Rinconada.
Sus vertientes se han secado. Ellos no tienen agua, han buscado otros sectores
de donde sacar la mínima cantidad de agua. El sector de Quillocona presenta
tiene una merma”, comenta el alcalde Gregorio
Corrales.
“Hasta el momento se tienen
inventariadas 19 fuentes con 42 manantiales que en conjunto hacen un caudal de
740.53 litros por segundo, lo cual equivaldría a 23.35 millones de metros
cúbicos al año de agua”, explica por su parte, el Ing. Leonel Callinapa. No se
sabe cuánta agua se pierde y para eso se elaborará recién un perfil de
proyecto, incluso para calcular la demanda.
El agro está en cuarto orden de
prioridad para el municipio distrital. Primero es salud, servicios básicos,
educación y recién agricultura.
“Entonces como verá de un millón 400 mil, tengo que designar unos 200
mil soles para la agricultura. No me alcanza para hacer un reservorio, un
reservorio está valorizado en 2 millones, 3 millones de soles”, dice el alcalde
con tono de impotencia.
Los insectos de Chiguata
En Chiguata abunda la mosca minadora
que afecta a veces a las plantaciones de habas. Hace caer su flor y no deja que
salga su fruto. También predominan los pulgones, gusanos de tierra y la
polilla. “Por ejemplo antes que llueva nos hemos llenado de polillas por la
calor. Cualquier planta, cualquier producto comienza a quemar su hojita y a
secarse”, refiere Richar Benavente. La polilla aparece por la falta de humedad.
Le ataca a la alverja y a la papa por lo general. “Es chiquita, en forma de un
palito, de una ele, de color tierra”, describe Richard.
Con la lluvia pasa algo especial,
la consideran tan sagrada porque limpia todas las plagas. Pero esta bendición
podría terminar cuando Richard acepta que para combatir las plagas usan
insecticidas como el tamarón, el dorsán y el trolla. Algunos mueren, otros se
salvan cuando vuelan y también quedan huevos o larvas en las hojas. “Hay que
volver a repetir la dosis, pero lamentablemente cuando fumigamos, mueren los
buenos y los malos”, dice Richard con resignación.
“El paratión si es un insecticida pero está
prohibido, no se permite su uso. Se vio que producía mucho daño a las personas
y por eso está prohibido. El DDT también eta prohibido y si nos vamos al
mercado se puede conseguir. Claro el precio es bajísimo”, expone y advierte el
Ing. José Peña.
Antiguamente el uso de los
insecticidas era nulo, como nos dice doña Antonia Méndez.
“Pero no conocíamos desinfectos, por eso es
que las papas cuando cocinábamos en la chacra para dar a los que nos ayudaban
salían rajando (cuando se desprende la cáscara de la papa con facilidad y queda
harinosa al coser)”.
Don Felipe Flore, dice que el pulgón
negro y blanco, es el que más ataca a la alfalfa. Pero no todos los insectos
causan daños. La mariquita es querida en
el campo, porque se come los mosquitos y a los pulgones.
Una especie escasa es el sapo de
Arequipa, llamado científicamente como Rinella Arequipenses. “Bueno le tienen
miedo pero ese animalito limpia la chacra, el mosquito lo agarra, se lo come,
dice Felipe Flores. Desaparecen luego que echan insecticidas, sin embargo con
la lluvia aparecen de nuevo. “¡Feo es el animalito!”, ja, ja, ja, provoca una
risa compartida don Felipe.
La expansión urbana, el uso de
insecticidas por ejemplo, lo han impactado. Debido a las creencias lo
matan. “Lamentablemente es una actitud
que viene de muchos años atrás. Nuestros abuelos nos enseñaron que esta especie
era dañina. En realidad no es dañina. Uno lo agarra. Yo trabajo 30 años con
sapos y usted verá que no tengo absolutamente nada. Tradicionalmente Arequipa
era una población que estaba muy ligada a estas situaciones de la piel con
manchas blancas que ahora le denominan vitiligo y que los antigüos le llaman
ccara”, explica el biólogo e investigador de la Universidad Nacional de San
Agustín, Evaristo López Tejeda.
Andenes de Chiguata
En lugar de los insecticidas el
método moderno es el manejo integrado de plagas. “Debemos promover que se
desarrollen los controladores naturales. Toda plaga tiene su controlador
natural, por ejemplo si yo tengo la mosca minadora, hay algún controlador
natural que se alimenta de los huevos de esa mosca minadora y va a permitir
bajar la población”, indica el Ing. José Peña.
La tierra en Chiguata está
dispuesta en andenes y pampas. Pero levantar un bordo a un agricultor le
demanda dos jornales y no cubre sus gastos, por eso prefieren las pampas. Los
andenes predominan en la parte alta: Cachamarca, Arenales y Cari Cari. ¿Pero
acaso no tiene ventaja un andén? “Lo que es cuestión de pampas en la parte de
baja, Tulunpaya Siuce, ahí hela más, cae más helada, mientras en los andenes no
cae la helada”, refiere Richard. La población de Cacayaco, Quillocona, la
quebrada de Pite, ha emigrado y ahí está la mayor cantidad de andenerías, pero
van quedando abandonadas.
Desde hace 20 años algunos
andenes están abandonados. “Nadie se preocupa por mantenerlos. A pesar de estar
cerca a Arequipa para visitar y todavía tienen que viajar al Colca para ver las
andenerías”, dice el especialista en andenes, Ing. Alquilino Mejía Marcacuzco.
A decir del Ing. Alquilino Mejía,
las bondades de los andenes son: conserva el suelo y el rendimiento de los
cultivos; aprovecha el agua; no permite la erosión; el agua que filtra poco a
poco sale por las partes bajas como los ríos. Alimenta los puquiales y
disminuye los efectos del viento.
La explicación técnica de
protección frente a las heladas, es que durante el día, los andenes absorben
todo el calor y en la noche lo liberan.
Otro aspecto que ya no existe en
Chiguata son las prácticas culturales en torno al andén.
“Hay un montón de cosas, danzas,
comidas”, agrega el Ing. Alquilino Mejía, proponiendo que se recuperen estas
prácticas.
Don Thomás Soncco de Cachamarca,
es por no decir el único que todavía practica algunas costumbres. “Se le lleva pues un poquito de coca, su
conuja todo eso se zauma todo bonito pues. Indicando al apu, al Pichu-Pichu que
nos mande agüita para las plantitas”, cuenta mientras observa el paisaje de su
tierra.
De acuerdo a los datos
proporcionados por el Ing. Alquilino Mejía, Chiguata tiene un total de 1796.42
hectáreas de andenes. Unos 970. 66 están sin uso y la diferencia en uso, lo que
confirma el abandono. Es el segundo distrito de Arequipa, después de Pocsi con
la mayor cantidad de andenes.
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