Por el Dr(c) Arq. Edward Pari Portillo
Imagen: E. Pari P.
Los murales pictoricos han tenido y tiene
actualmente el arte pictórico de la representación gráfica en grande escala en las
ciudades y cubren el soporte de las expresiones visuales culturales urbanas
reconocidas desde 1942 por la “Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”[1].
Las pinturas rupestres del
paleolítico[2]
han sido los primeros murales en ser conocidas[3];
al parecer hay documentos gráficos muy antiguos que nos pueden dar sorpresas y
muchas de ellas son prácticamente murales antiguos. Pero las pinturas
Mesopotámicas y los grandes lienzos de los muros artístico de Egipto, los griegos
y los romanos fueron los mayores anunciadores de esta expresión cultural, que luego
de su apogeo en el mediterráneo, las llamadas pinturas sobre muros y paredes que
pudiendo haber decaído sobre todo en el gótico; fueron sustituidas por las vidrieras
tipo catedral, dando así la vigencia de tal expresión. Esta última experiencia, fue la base
para la creación artística de las pinturas sobre el material en madera. Es así
como la experiencia del mural y el auge mayor en el Renacimiento, fue para
el mundo; la nata de la cultura artística. Pues si ello no se hubiera producido, la
expresión intercultural hubiera tenido un carecimiento y déficit de la cultura
visual material e inmaterial de la fuente comunicativa del pasado, y lo que es
peor; si hubiéramos negado la expresión de la época, tendríamos una mediana
historia de nuestra cultural.