Por el Dr(c). Arq. Edward Pari Portillo
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Supuestamente el término de
confort se refiere a las condiciones de satisfacción, comodidades y bienestar
que se genera al ser humano. Pero se
necesita un estudio muy especializado para determinar el logro de objetivos de
confort. Cada individuo o grupos de individuos pueden buscar el tipo de confort
que quieren lograr, en el trabajo, en la vivienda, en el colegio, en el
Hospital, etc.
El confort de la temperatura de
nuestro cuerpo, es muy complicado de regular si se incrementa o baja, pero mucho
más complicado es cuando estos descienden cada vez más; para este último caso se
tendría una característica biológica actuacional, denominada como la Hipotermia. La hipotermia escapa del confort de la temperatura corporal normal, cuando
desciende a menos del promedio de 36 grados (según el tipo de habitante). Esto
puede ser producido por dos condiciones: como el factor endógeno de una dañada
autorregulación corporal o una característica exógena como lo ambiental. Sobre
este último hay experiencias recurrentes y cotidianas que influyen en la baja
de la temperatura corporal, por ejemplo una experiencia extrema turística en el
polo norte, una sobre exposición de flotamiento en un medio acuoso de menor
temperatura etc. Pero el verdadero problema de riesgo negativo endógeno del
confort térmico se tendría cuando existe una deficiencia
de autorregulación corporal, a través de una compleja regulación de descenso
de control de la temperatura con los mecanismos biológicos del cerebro, que
puede llegar y a desencadenar las variadas enfermedades como la hepatitis, el
hipotiroidismo y otros.