Autor: JUAN M. OTXOTORENA
Extracto de : SOBRE DIBUJO Y
DISEÑO A PROPÓSITO DE LA PROYECTIVIDAD DE LA REPRESENTACIÓN DE LA ARQUITECTURA.
Diseño-Dibujo: Edward Pari Portillo
Entre las muchas líneas de
reflexión que se van desarrollando en este marco, tal vez se muestran
especialmente sugerentes aquéllas que abordan algunas nociones de cuño
relativamente reciente e inexplorado, y en parte eminentemente tentativo, como
las de «dibujo de concepción» o «pensamiento figural»; y, en general, las que
se enfrentan a la idea del dibujo o la representación como vehículo para la
comprensión y concepción de la arquitectura, y como el medio y el lugar real
del propio discurso de la proyectación arquitectónica1[1].
Según se avanza en los estudios
realizados hasta el momento[2],
se impone superar la visión del dibujo —y de la expresión gráfica como tal,
vista en términos generales— como una disciplina o un conjunto de disciplinas
importante, sí, pero esencialmente accesoria e instrumental para el arquitecto;
se trata, por el contrario, de llegar a verlo más bien como «... lenguaje
mediador de la concepción arquitectónica o, dicho de otro modo, como técnica abierta
de la ideación arquitectónica»[3]:
como la base misma, la instancia inevitable y el campo y modo propio del
ejercicio de proyecto en arquitectura. No es preciso destacar la importancia de
una confirmación de este enunciado que, desde luego, alcanza mucho más allá de
la mera discusión terminológica: podría comportar toda una larga serie de
corolarios y consecuencias que todavía, probablemente, sólo estamos en
condiciones de entrever o intuir, si no ya sólo de adivinar.
De entre las virtualidades o
repercusiones globales de esta conclusión cabría entresacar de entrada, por
ejemplo, las siguientes: —argumentaría la identidad disciplinar y la razón de
ser, desde el punto de vista epistemológico, del Area de Expresión Gráfica y de
sus asignaturas, centrando la definición de su objeto de conocimiento y
estableciendo las dimensiones específicas de su campo de investigación; y
también, al mismo tiempo, la afirmación y acotación de su grado o margen de
autonomía; —reforzaría la vinculación de las asignaturas habitualmente
incorporadas al Area de Expresión Gráfica, ofreciendo unas bases teóricas
firmes a partir de las cuales encarar o arbitrar la correlación y coordinación
de los respectivos programas, y las consecuentes estrategias de conjunto en el
plano pedagógico, también con vistas a las necesidades de adaptación derivadas de
los nuevos condicionamientos coyunturales; —contribuiría a relacionar
directamente la docencia en la Expresión Gráfica con la correspondiente en los
cursos superiores a las asignaturas de Proyectos Arquitectónicos: entre otras
cosas, ya esto mismo sugeriría los parámetros fundamentales a tener en cuenta,
desde el punto de vista de las materias del Area (a saber: su dimensión
eminentemente gráfica y su vocación de ir expresamente al encuentro de las
condiciones del ejercicio de proyecto en arquitectura), a la hora de afrontar
las diversas alternativas que pudieran presentarse para articular en la
práctica, en cada Escuela, toda eventual reestructuración de la docencia;—e
iniciaría toda una línea de estudio que posiblemente, incluso, contribuiría a
avistar el horizonte de una teoría global del proyecto arquitectónico (del
proyectar en sí, de la arquitectura misma como actividad), con obvias consecuencias
en lo que respecta a su práctica y su enseñanza[4].
De hecho, en principio, ya esta
misma discusión abre un vasto espacio de análisis y de debate susceptible de
ser entendido como un auténtico campo de investigación específico y peculiar
del Area de Conocimiento: reclama y ha de merecer por tanto, aquí y ahora, toda
nuestra atención teórica y crítica.
Precisamente, cabría apuntar la
posibilidad y sugerir la oportunidad de hilvanar las conclusiones alcanzadas
hasta ahora, en el marco de esas investigaciones, con algunas referencias —más
o menos imbricadas entre sí— pertenecientes a discursos convergentes con los
que ellas vienen siguiendo y proponiendo. Se trata, al cabo, de abrirlas a
nuevas vías de reflexión que podrían aspirar a apoyarlas, anotarlas,
enmarcarlas y eventualmente incluso enriquecerlas: siempre con las miras
puestas en las posibilidades de una especie de ámbito de discusión teórica (por
no llamarlo «cuerpo de doctrina») específico de nuestras disciplinas; un ámbito
de discusión —que no es otro que aquél en el que se desarrollan las presentes
consideraciones— cuya misma determinación cumple ya con el objetivo de situarlas
en su lugar preciso en el contexto de los programas académicos y de mostrarles
toda su proyección: sus argumentos, cometidos y prerrogativas.
[1]
Algunas de las ideas desarrolladas en este apartado fueron recogidas en primera
instancia en el texto de la ponencia, que expuse en el Congreso de Expresión
Gráfica Arquitectónica de Valencia: OTXOTORENA ELIZEGI, J. M.,y GONZÁ- LEZ
PRESENCIO, M., «Representación y creación. Anotaciones al debate sobre el
estatuto disciplinar del Area de Conocimiento de ExpresiónGráfica y de las
asignaturas de Análisis de Formas Arquitectónicas», III Congreso de Expresión Gráfica
Arquitectónica, Valencia 1990.
[2]
Cfr., por ejemplo, SEGUÍ DE LA RIVA, J.,«Los departamentos de E.G.A. desde la
experiencia en Análisis de Formas Arquitectónicas», Actas del I Congreso de
Expresión Gráfica Arquitectónica, Sevilla 1986, pp. 30-32; y también, del mismo
autor, «Notas acerca del “Dibujo de Concepción”», en la misma publicación, pp.
138-142.
[3] Cfr.
SEGUÍ DE LA RIVA, J, NOGUEROL DEL RÍO, P., BERLANGA VALERA, M., PLANELL
RODRÍGUEZ, J., «Toledo a través del lenguaje gráfico», en AA. VV.,
Comprendiendo Toledo, cit. Puede asímismo verse: SEGUÍ, J., y SNIJDERS, T. J.
M., Tekenen van architektuur/ Drawing Architecture, Delft 1984; y también:
COLORADO, M. yMARTÍNEZ SÁENZ, S., «El Departamento de Expresión Gráfica y el
ámbito de Análisis de Formas desde una experiencia docente», Actas del I Congreso
de Expresión Gráfica Arquitectónica, Sevilla 1986, pp. 15- 25.
[4]
Siendo ésta únicamente una de sus muchas consecuencias posibles, puede
atisbarse según lo dicho la necesidad y oportunidad de una contextualización
mayor, o de una lectura más ponderada, del ya aludido fenómeno de las llamadas
«arquitecturas dibujadas»; piénsese también, por ejemplo, en el famoso tema de
la ‘deconstrucción’ y en la polémica que marca todavía sus expresiones y
manifestaciones públicas.
Bibliografía
El autor tiene la bibliografia
editada en el llbro de “SOBRE DIBUJO Y DISEÑO A PROPÓSITO DE LA
PROYECTIVIDAD DE LA REPRESENTACIÓN DE LA ARQUITECTURA”
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